Hallan en el archivo de El Poble Nou de Benitatxell dos diarios de la gestión económica de la Vall d'Ebo de 1934.

Los documentos, ahora restaurados, han sido entregados por el alcalde poblero, Josep Femenia, el concejal de Cultura, Manolo Segarra y la bibliotecaria Lola Bolufer, a la alcaldesa de la Vall d'Ebo.

Los cuadernos desvelan aspectos curiosos de la administración cotidiana del ayuntamiento. El consistorio pagaba a cazadores para "exterminar" alimañas, corría con el alquiler de la escuela y la casa del maestro o abonaba el desplazamiento a Quatretonda para contratar a una banda para que tocara en las fiestas.

La digitalización del archivo municipal de El Poble Nou de Benitatxell está sacando a la luz documentos históricos de gran valor. Es evidente que los legajos desvelan el pasado de este municipio, pero también se ha hallado ahora unos documentos de un pueblo que está a más de 50 kilómetros de distancia. Son dos diarios de intervención de ingresos del Ayuntamiento de la Vall d'Ebo del año 1934, época de la Segunda República. Es, de momento, un misterio por qué ese cuaderno en el que se registra la gestión económica de la Vall d'Ebo se hallaba en el archivo poblero. Pero lo que resulta indudable es que el documento tiene valor histórico y de ahí que el alcalde de El Poble Nou de Benitatxell, Josep Femenia, el concejal de Cultura, Manolo Segarra, y la bibliotecaría municipal y responsable del archivo, Lola Bolufer, se desplazaran ayer a la Vall d'Ebo y entregaran a su alcaldesa, Leonor Nazaría Jiménez Damaso, los diarios ya restaurados. “No sabemos qué hacían esos cuadernos de la Vall d’ Ebo y de los tiempos de la Segunda República en nuestro archivo, hemos comprobado que el secretario de la época no era de Vall d’ Ebo así que el hallazgo es bastante inexplicable y curioso, pero lo más importante es que ya está donde debe estar tras haber sido restaurado por los técnicos del archivo municipal. Ha sido un placer entregárselos en persona a la alcaldesa” han coincidido el alcalde poblero y el concejal de Cultura, Manolo Segarra.

Las anotaciones revelan aspectos curiosos de la administración cotidiana del ayuntamiento de un municipio que en 1934 contaba con algo más de 800 habitantes. Es evidente que preocupaba que las alimañas de la montaña atacaran a los ganados o causaran daños. De ahí que el consistorio pagara a cazadores para que "exterminaran" a los "animales dañinos" por unas 50 pesetas anuales. El ayuntamiento también corría con los gastos de alquiler de la escuela y de la habitación en la que residía el maestro, unas 150 pesetas anuales. Las fiestas tenían y tienen un valor fundamental en el pueblo. Uno de los gastos que aparecen en este diario de intervención es el del desplazamiento a Quatretonda para contratar a una banda de música que animara los festejos de la Vall d'Ebo. Otros gastos corresponden a pago a abogados por pleitos, a arquitectos por informes, a personal de limpieza de lavadero público así como pagos a alguaciles y guardias municipales.

 

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