Durante el verano, el Moraig presenta una ocupación del 100% de su superficie. Pese a la gran afluencia y de la escarpada orografía no se han producido casos graves.
La aplicación de algunas medidas, como el bando que emitió el alcalde, Josep Femenia, que prohibía la peligrosa práctica de saltar desde los acantilados ha contribuido a los buenos resultados de la campaña.
La apuesta del Poble Nou de Benitatxell por reforzar la seguridad en sus playas se ha visto ahora reflejada en los datos de final de temporada turística facilitados por el servicio pionero de enfermería y socorrismo que, por quinto año consecutivo, opera en la cala del Moraig. Pese a que la afluencia de bañistas al litoral ha sido elevadísima durante julio y agosto, no se ha registrado ninguna incidencia de importancia. En total se han registrado 1400 incidencias que en su mayor parte han sido atenciones por heridas leves, picaduras de medusa y rescates, especialmente de senderistas desorientados en los acantilados, en los que también intervinieron Policía Local, Guardia Civil y Protección Civil.
La aplicación de algunas medidas preventivas como el bando que emitió el alcalde, que prohibía la peligrosa práctica de saltar desde los acantilados, ha contribuido al resultado positivo de final de temporada. No podemos olvidar que El Poble Nou de Benitatxell es el único municipio que cuenta con servicio de personal sanitario en la cala. Este hecho la convierte en una de las playas más seguras de España. El consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana realizó un documental este verano y valoró la iniciativa.
El concejal de Playas, Manolo Segarra, destaca que «pese a que ha sido un año con muchísimas intervenciones en toda España, un total de 352 muertes por ahogamientos en playas y calas, en el Moraig no hemos lamentado ninguna incidencia grave. Parte del éxito radica en la apuesta por incluir a personal sanitario, además de un buen material técnico y buena coordinación con el consistorio, Policía Local, Protección Civil y Salvamento Marítimo».
De forma ininterrumpida hubo tres personas fijas que controlaron la cala, una enfermera, un marinero de puente de la Marina Mercante, ambos socorristas acuáticos, junto con otro socorrista. El dispositivo incluyó, además, un vehículo de intervención rápida, un desfibrilador, una embarcación de rescate y un repetidor de comunicaciones en el Puig Llorença. El servicio se reforzó en momentos puntuales como los fines de semana.