Una mesa redonda en El Poble Nou de Benitatxell aporta claves para comercializar y hacer rentable el moscatel y sus productos.

 

El Poble Nou de Benitatxell inició hace cinco años un proyecto, el del BioMoscatell, novedoso y que con el tiempo se ha revelado fundamental para impulsar nuevos modelos productivos más sostenibles. El cultivo ecológico de la uva se ha convertido en un referente de recuperación de viñedos abandonados y de exploración de nuevas vías de negocio, como la del vino Moraig y el zumo natural de moscatel. Queda mucho camino. Mejorar la comercialización y alcanzar ese objetivo todavía lejano de que la agricultura vuelva a ser una actividad con futuro en la Marina Alta son los retos actuales.

Y El Poble Nou de Benitatxell no rehúye ese debate. Al contrario, lo alienta. La concejalía de Agricultura y Promoción Económica, a cargo de Manolo Segarra, organizó la jornada de ayer de "Cuina'm moscatell", una iniciativa que explora las posibilidades culinarias del moscatel. Reunió en una mesa redonda a expertos de todos los sectores. Acudieron  los agricultores del proyecto BioMoscatell; el técnico que lo coordina, José Manuel Bisetto; restauradores como Miquel Ruiz, del Baret de Miquel de Dénia; José Ángel Estalrich, del restaurante el Sur de la Granadella de Xàbia, o Cristóbal González, del Brou de Pedreguer. También acudieron empresarios, como Pedro Soliveres, de la VAPF, y representantes del ámbito público, como el gerente de la Mancomunitat Cultural de la Marina Alta, Jovi Lozano-Seser; el biólogo y profesor Miguel Ángel Civera, la periodista Clara Giner, el alcalde, Josep Femenia, y el concejal Manolo Segarra. Todos le dieron vueltas a la pregunta “¿Cómo hacer rentable la viticultura en la Marina Alta?”. La clave estriba en comercializar los vinos, entrar en los circuitos de distribución y llegar a supermercados y restaurantes. La hostelería apuesta por la proximidad. Otra de las opiniones más compartidas centraba el inconveniente en la falta de autoestima por el producto local y la competitividad interna. Coincidieron en que habría que apostar por la asociación de los pequeños productores para ofrecer sus artículos de forma conjunta.

Al tiempo que los comensales disfrutaban de pescaditos seco y erizos como entrantes, un magnífico arròs de fava pelà, y de les pilotes dolces del putxero (dos maravillas gastronómicas del Poble Nou con reminiscencias de cocina árabe) debatieron sobre el gran reto de comercializar los excelentes vinos que se producen en la Marina Alta y dar rentabilidad al moscatel y sus productos. Los negocios locales están más que implicados. El Forn de Mónica, un obrador con más de 40 años de tradición, ha elaborado una magnífica coca maría con zumo de moscatel y la carnicería de Marisa Soler ha introducido en sus embutidos un sutil y embriagador sabor a esta uva tan nuestra que es el moscatel. 

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