La ilusión de todo un pueblo dentro de una botella de vino blanco “Moraig”.

           

  • Gran acogida en el nacimiento de la tercera añada del vino blanco “Moraig”, del proyecto Biomoscatell, en l’ Espai Multifuncional Abiar. La interesante presentación del libro de Carlos Fuster, “Els Riuraus. L’elaboració de la pansa” consiguió abrir boca para la cata guiada. Fue el maridaje perfecto. La ilusión de todo un pueblo cabe dentro de una botella. Siempre medio llena.
  • El proyecto de agricultura ecológica “biomoscatel” sabe cada vez mejor. De los viñedos cultivados con criterios sostenibles, ha nacido la tercera añada del vino blanco “Moraig”. Un caldo que se dió a conocer ayer en l’ Espai Multifuncional Abiar, en una cata guiada por el técnico enólogo del proyecto Manu Guardiola.

La interesante presentación del libro de Carlos Fuster, “Els Riuraus. L’ elaboració de la pansa” fue el mejor aperitivo para la cata. Abrió la ponencia Gabriel Pascual, perteneciente a una familia del Poble Nou de Benitatxell que sigue “escaldant” pansa a la manera tradicional. Explicó, con el apoyo de unas imágenes, el proceso de elaboración de la pansa que sigue haciendo su familia, heredado de padres a hijos, y que gracias a unas pocas familias del municipio como la suya, todavía no han desaparecido. “Quien ama a su tierra, nunca puede estar equivocado. Vamos haciendo camino”, apuntó el autor del libro, Carlos Fuster, quien aclaró que la frase, que firmó en una dedicatoria, resume a la perfección lo que el autor ha querido trasmitir en su trabajo. Un libro plagado de documentación visual y escrita, además de un derroche de anécdotas, cuanto menos curiosas, que sorprenderán al lector, como la de la dentadura de un vecino de Xaló. “Corría el año 84 cuando en una caja de pasa se encontraron una dentadura, hicieron un aviso a todas las cooperativas para encontrar el propietario y resultó que era un agricultor de Xaló que se la había quitado y la llevaba en el bolsillo y en un descuido se le cayó dentro de la caja de pasas. No me extrañaría que a este hombre acabaran llamándole “dentoles”, contó Carles Fuster.

Antes de dar paso a la cata guiada de Manu Guardiola, cerró la ponencia el técnico del proyecto BioMoscatell, Jose Manuel Bisetto, quien dijo que el secreto del vino blanco Moraig es “que lleva parte de un pueblo en una botella”

Un vino que evoca a la “Marina Alta”.

El vino blanco seco Moraig nació en el 2014 dentro del desarrollo del proyecto BioMoscatell –iniciado en 2012 para la recuperación del viñedo de moscatel local y su transformación en un cultivo sin tratamientos químicos de síntesis y sostenible en todos sus procesos hasta llegar al consumidor. Las buenas críticas y la aceptación de restauradores y consumidores han animado al colectivo a seguir con la elaboración de este caldo seco y a ampliar el número de botellas. Este vino se está convirtiendo en un magnífico embajador de El Poble Nou de Benitatxell.

En boca, el vino blanco seco de moscatell Moraig, no deja lugar a dudas sobre su procedencia. La esencia de moscatel y las notas anisadas y de monte bajo se notan desde el primer sorbo, junto a una acidez elegante son el perfecto maridaje para arroces típicos marineros, saladuras como la mojama y el bacalao seco, o pescados de nuestra costa. El enólogo del Moraig que realizó la cata guiada, Manu Guardiola, lo resumió diciendo que “el caldo Moraig recoge las señas de identidad de nuestra comarca”.